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la cultura del hojaldre
la cultura del hojaldre
La tradición nos remonta a cuatrocientos años atrás, cuando Claude Gelée, que se convertirá también en uno de los grandes pintores del paisaje barroco, trabajaba no como pintor, sino como aprendiz de pastelero en Chamagne. Alejado de los pinceles por la pobreza, vuelca su creatividad y sus sentimientos en la harina y creará el hojaldre: primero como regalo a su padre enfermo, pensando en hornear un pan más tierno para después inspeccionándolo doblez a doblez, entendiendo lo que significaba trabajar la harina de una manera diferente. Hoy, aquí desde nuestro obrador re interpretamos ese hojaldre tradicional dándole un acabado actual y de calidad, pensando en ofrecerte un placer siempre exquisito.
En Gelée unimos la tradición con el producto buscando ser un referente en Barañain, Pamplona y en Navarra como pasteleros artesanos.
-"Me crié en Leiza, y el olor del obrador es el hilo conductor de todo lo que aprendí en casa, en la panadería de mi familia, que lleva entre harinas desde que el abuelo empezó con la masa del pan; después quise saber más y salí para trabajar con reposteros de la escuela de Torreblanca. Mientras, junto con mi hermano, íbamos dando forma a lo que hoy es Gelée 1660".
-"A veces, a lo largo de la vida profesional formas parte de proyectos que son un lujo: por un lado demandan mucho esfuerzo, pero por otro lado aportan otro tipo de cosas, intangibles y muy enriquecedoras. Los valores que Gelée imprime en cada una de sus piezas han saltado fuera del obrador y han impregnado también todos los procesos de marketing y publicidad. Y creo que algo así es posible porque es un proyecto no sólo bien pensado, sino honesto".
-"Como todos en mi familia, supongo que llevo la harina en el ADN. Yo no entiendo mi profesión más que como un proceso en el que constantemente aprendes, pruebas y sientes; después vuelcas todo eso en la masa. Espero que esos sabores sean los que expliquen mi visión de la vida, presenten todo lo que yo quiero comunicar".